
Como parte de la aventura, pero con mucha cautela, ingresamos hasta cierta parte del famoso Tragadero ubicado al lado derecho de la carretera próxima a la fila de La Palma, al cual entrontramos sin embargo en un estado lamentable, lleno de basura.
Siguiendo con la travesía encontramos frondosos robles tapizados de forma natural por plantas menores (salvajes, shapras) y adornados por vistosos tuyos y extensas lianas o bejucos; así como también árboles muy nuestros como salibus, lalush, guaba silvestre, entre otros, y las majestuosas chontas o palmas que le dan nombre tan singular a todo aquel paraíso nativo.
Como premio a nuestra empresa, podemos atesorar la magnífica vista de nuestro recordado y querido Querorco, visto desde allí, desde La Palma, con su ascenso desde el valle Doñana a la izquierda y su descenso al Conchano hacia la derecha.
Aquel día nos acompañó un clima muy propio del lugar, con niebla mañanera deslizada suavemente por la brisa montañesca, tenue llovizna al mediodía y lluvia intensa al atardecer, acompañada con espesa neblina, con la que volvimos revitalizados a la ciudad.
En esta nueva aventura se unieron al Grupo: CELMIRA MONTAÑA, ATILO MONTAÑA (autodenominado Barrabás) y ELMER MONTAÑA.
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